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APRISMO, ¿CIEN AÑOS SIN FUTURO?

Treinta años de ilegalidad hicieron del aprismo una de las comunidades que más ha sufrido en el Perú en la lucha por las conquistas sociales. Tras un pasado tan glorioso, ¿cuál es el futuro del aprismo

Publicado: 2024-03-03


-En esta casa, un peruano fundó un partido revolucionario que aspiraba a unir a los países de América Latina e imponerse sobre el imperialismo norteamericano. ¿Saben ustedes quién fue ese peruano y qué ha sido de ese partido?

Me ocurrió hace dos años en México. Una profesora universitaria norteamericana explicaba a sus alumnos la historia del Claustro de San Ildefonso, antigua sede de la universidad, donde habíamos coincidido.

-Está usted hablando de Víctor Raúl Haya de la Torre. - le dije sonriendo.

Allí, como explicaba la Dra. Maureen J. Dolan, el 7 de mayo de 1924 el dirigente universitario peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, exiliado por la dictadura de Leguía, entregó a los estudiantes mexicanos una bandera roja con la silueta dorada de nuestra América en el centro.

Inspirado por los triunfos de la revolución socialista rusa, proclamó Haya de la Torre, entonces de 28 años: “El rojo dirá de las aspiraciones palpitantes de justicia que en esta hora admirable del mundo inflama la conciencia de los pueblos.”

Expulsado por el gobierno de Leguía, el joven Haya de la Torre, presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, había llegado al país azteca en noviembre de 1923 y, de inmediato, se había puesto a trabajar a las órdenes del filósofo José Vasconcelos, rector de la universidad y uno de los conductores de la revolución mexicana.

Su iniciativa de formar un partido continental tuvo éxito inmediato porque, en los años siguientes, se formaron en el continente varias “secciones” y partidos inspirados en el Apra. Por otro lado, en el Perú, nació con ese nombre un partido, en ese momento izquierdista, que habría de convertirse en el más poderoso del siglo XX.

En el Perú, la historia que sigue es bien conocida. Haya de la Torre sería candidato a la presidencia de la República en 1931 y, en unas elecciones sospechosas de fraude.

Convertido en un dictador sin escrúpulos, Luis Sánchez Cerro ordenó una represión sangrienta contra el naciente aprismo en varios lugares del país. En Trujillo, la tierra natal de Haya de la Torre, la soldadesca invadió el local aprista el 24 de diciembre de 1931 y ocasionó una matanza entre quienes festejaban allí el nacimiento de Cristo.

En 1932, Trujillo y varias ciudades del norte se levantaron para acabar con la tiranía e intentar formar un nuevo orden social. Sus esfuerzos fueron sofocados con un bestial genocidio. Alrededor de 5 mil apristas fueron fusilados en la capital del norte peruano.

Treinta años de ilegalidad hicieron del aprismo una de las comunidades que más ha sufrido en el Perú en la lucha por las conquistas sociales. La mayoría de sus fundadores y el propio Haya de la Torre murieron antes de ver un solo día de triunfo. Por su parte, los militantes de base sienten que nunca llegaron al poder y les duele ser acusados por culpa de los dos gobiernos de García en los que la mayoría de ellos no participó.

Miles de “compañeros”, inspirados en las ideas primigenias, padecieron largos años en el Panóptico, El Frontón y el Sexto. Por caminos diferentes, Armando Villanueva del Campo, Luis de la Puente Uceda, Alfonso Barrantes Lingán y Víctor Polay, entre muchos otros, proclamaron su fe en la lucha “contra el pasado vergonzante”, como dice la marsellesa aprista.

-¿Saben ustedes lo que ha sido de ese partido revolucionario?- preguntó la profesora norteamericana y pidió mi opinión al respecto.

Y yo recordé que, en 1985, llegó al poder un político aprista. Aquel olvidó que su propio padre y miles de compañeros habían sido prisioneros del Frontón, y dirigió allí una masacre que cualquier buscador de Internet llama “el asesinato masivo más grande durante la lucha contrasubversiva”. Ese político instaló el mal de la corrupción en casa y, por fin, se unió con una extrema derecha tan contagiosa que terminó por convertirlo en uno de los suyos.

-¿Que ha sido de ese partido revolucionario?- insistió la profesora

-Lo único que queda del futuro de ese partido es su pasado. -respondí con tristeza.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña