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LA DEMOCRACIA ELIMINADA PASO A PASO

¿Puede llamarse democracia a un sistema en el que el pueblo recibe las cartas marcadas?

Por Eduardo González Viaña

Publicado: 2024-01-07


En 1950, el general Manuel A. Odría se presentó como candidato a la presidencia del Perú.

Ya estaba en el poder desde hacía 2 años debido a un golpe de Estado que diera en 1948 contra el gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, pero quería legitimarse.

A fin de enfrentar al dictador, la oposición presentó la candidatura del general Ernesto Montaigne. De manera inmediata, Odría hizo apresar y desterrar al otro postulante, y de esa manera llegó a las justas electorales como candidato único.

¿Quién ganó las elecciones?

¡Sorpresa! Ganó el general Odría.

Parece una historia de García Márquez referida a un pasado ignoto, pero la verdad es que algo muy similar va a repetirse en el Perú del 2024. El Congreso del país acaba de aprobar una ley que permitirá a los actuales representantes –y a quienes tengan dinero para comprar una curul– ser elegidos sin pasar por el albur de las elecciones.

Seamos claros y demos un ejemplo: el Congreso del Perú está integrado por 130 miembros. Si el partido “a” obtiene el 10% de los votos, le corresponden trece representantes.

¿Quiénes son ellos? Obviamente, los ciudadanos que se encuentren en los 13 primeros puestos de la lista serán necesariamente ganadores mucho antes de que se produzcan los comicios.

¿Y cómo llegaron a ese puesto?

Ellos habrán obtenido esos lugares de la lista por decisión de la cúpula limeña o del jefe del partido y, lo más probable, es que los hayan comprado.

¿Cuánto debe pagarse para estar entre los elegidos? Bueno, eso puede decidirse mediante las leyes de la oferta y la demanda.

Sí o sí, ellos serán los elegidos, y lo repito: mucho antes de que se produzcan los comicios. Eso significa que las leyes del mercado priman sobre la Constitución del Estado y que la elección de nuestros representantes no requiere de nosotros, los votantes, sino de un trato mafioso y corrupto.

La modalidad del voto preferencial y la de las elecciones primarias evita que se produzcan atropellos como los que estamos describiendo.

Sin embargo, el pleno del Congreso ha aprobado una reforma que elimina el requisito de las elecciones “primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias” (PASO, en el Perú).

Con completa desfachatez, el nuevo texto fue exonerado de una segunda votación tras una solicitud de la presidenta de la comisión de constitución, Martha Moyano.

Las PASO permitían que un ciudadano, afiliado o no a una organización política, participe en la selección previa de los postulantes a la presidencia de la república, el congreso, los gobiernos regionales y las alcaldías.

Eso originaba una lista que posteriormente el votante podía aceptar o rechazar. Ahora, eso desaparece.

De ahora en adelante, el negocio de las cúpulas partidarias será redondo.

¿Puede llamarse democracia a un sistema en el que el pueblo recibe las cartas marcadas? No tendremos tiempo de responder a esta pregunta porque el Congreso ya lo decidió paso a paso.

En un extremo desaforado de esta prepotencia, el general Chabra presentó un proyecto para que ya no sea el JNJ el que designe a jueces y fiscales, sino sea ahora el Congreso. Felizmente, con mayor tino, su superior le ha hecho retirar ese proyecto.

Mientras tanto, todo parece estar conjurándose para que el acceso del pueblo a su gobierno sea prácticamente imposible.

La inscripción de partidos populares se ha hecho cada vez más difícil y, en vez del sistema de partidos que caracteriza a una democracia, lo que se tiene ahora es una asociación de clubes políticos y, a veces de pandillas, que solo representan el poder de sus patrones.

Y todo esto ocurre pasito a paso.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


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El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña