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PANCHO VILLA, NUESTRO TERRIBLE PAISANO

Los periódicos describen como amenazante la Marcha de los Pobres que hoy se acerca a la frontera norteamericana. Y eso es absurdo. Se les debería aceptar con alegría porque la inmigración es lo más saludable que le puede pasar a la economía estadounidense. Invasiones? La de Pancho Villa.

por Eduardo González Viaña

Publicado: 2024-01-01


EL TIMES DE HOY pronostica que la migración va a ser un tema muy importante en las próximas elecciones de Estados Unidos-

Quiere decir eso que los hispanos vamos a ser el plato de racismo que sazona la desabrida retórica del Sr. Trump.

Los periódicos describen como amenazante la Marcha de los Pobres que hoy se acerca a la frontera norteamericana. Y eso es absurdo. Se les debería aceptar con alegría porque la inmigración es lo más saludable que le puede pasar a la economía estadounidense. El racismo visceral es lo que impide este reconocimiento.

Hispanos nos llaman en Estados Unidos y no españoles, peruanos, colombianos, mexicanos o chilenos. Y, por eso, recuerdo una verdadera invasión: la de Pancho Villa, nuestro terrible paisano.

Si yo fuera un maestro mexicano, mi primera clase sería sobre la invasión de Pancho Villa a los Estados Unidos.

Nunca, en toda su historia, esa potencia mundial ha sufrido el asedio de una fuerza extranjera, y mucho menos si esta procede de países hispanoamericanos. La historia siempre ha sido al revés, y eso siempre ha sonado natural.

El 9 de marzo de 1916, un ejército de quinientos mexicanos ingresó en la villa de Columbus, localizada en el condado de Luna, en Nuevo México, y comenzó la invasión.

“¡Viva Pancho Villa!”, gritaban los de adelante. “¡Viva México!”, respondían los de atrás. Después de una batalla que duró 6 horas, triunfaron.

Este era un episodio de revolución social que se estaba desarrollando en el país azteca que había comenzado en 1910 con la deposición del tirano Porfirio Díaz y había continuado con una masiva destrucción del latifundio y entrega de la tierra a los campesinos pobres.

Estados Unidos no se quedó de brazos cruzados. Diez mil soldados de este país ingresaron en Chihuahua para capturar a don Pancho Villa vivo o muerto, y acabar con su presencia militar.

Aquello fue un desastre para los norteamericanos porque, a pesar de contar con fuerzas infinitamente superiores, no pudieron aplastar al ejército rebelde ni capturar al ciclón del norte.

Fracasados y humillados, abandonaron el país casi un año después de iniciada su intervención.

Por cierto, hubo decenas de dolidas cartas en las que el gobierno mexicano de Venustiano Carranza pedía disculpas y condenaba el atrevimiento de Pancho Villa. Pero, por su parte, la sociedad mexicana rechazó al agresor extranjero y mantuvo la historia como un secreto orgullo que nunca iba a abandonar.

Ese orgullo no les pertenece solo a ellos, sino a todos nosotros los hispanoamericanos. Mi generación, particularmente, adquirió conciencia de la unidad de nuestra América con esos ejemplos.

Los cines que proyectaban películas mexicanas fueron siempre los que congregaban más público, y sobre todo llenaban las salas personas que no terminaban de sentirse felices al constatar que quienes veían detrás de la pantalla se les parecía físicamente muchísimo.

Por eso, las décadas que he pasado en los Estados Unidos, han sido particularmente influidas por el fenómeno de la migración que es mayoritariamente mexicana y de una penetración de productos y caracteres con los cuales la ola del sur recupera tierras y logra que su gente tenga derecho a “hablar en cristiano” en los Estados Unidos.

Mi novela “El corrido de Dante”, de donde procede la mágica Beatriz, forma parte de unos quince libros en los que he sido influido por ese tema. Con ese libro obtuve el premio Latino de Literatura en Estados Unidos, y no hay día en que yo, como cualquier otro escritor latinoamericano, no me sienta tentado de escribir una historia sobre la invasión de Pancho Villa, nuestro temible paisano.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña