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EL HAMBRE Y LA HUACHAFERÍA

Decir que en nuestro país se come mejor que en cualquiera es, por lo menos, ridículo. Vanagloriarse de un premio al mejor restaurante del mundo es políticamente cruel y decididamente huachafo.

Por Eduardo González Viaña

Publicado: 2023-06-24

Anoche, cerca de la mitad de los peruanos se fueron a la cama a dormir sin haber saciado su hambre. Esta mañana, y durante el día, morirán centenares de niños por la misma causa.

Sin embargo, se afirma con alegría que “El Perú es el país donde mejor se come en el planeta” y, además, se acaba de dar el premio a un restaurante de Barranco (Lima) por considerarlo “el mejor restaurante del mundo”. Supuestamente, gracias a esa noticia, miles de compatriotas darán un salto de alegría y olvidarán tal vez que su bolsillo no pesa ni tintinea como antes.

Pero también hay mal pensados. Ellos preguntan de dónde surgió este “premio” y de qué maneras fue otorgado o lo gestionó alguien desde Lima. Otros dudan de que el galardón fuera de veras inesperado y quieren saber cómo toso fue tan rápido. ¿Cómo es posible que Netflix estrenara un documental sobre el galardonado el mismo día de la premiación?

A los incrédulos se les puede responder que no es tan difícil acceder al restaurante “Central” porque el menú económico no cuesta más de 1500 soles, una cantidad accesible… aunque un sueldo peruano no alcance para devorar los riquísimos platillos de ese menú popular.

Ni mucho menos se critica a quienes tienen dinero para acceder a esos locales. Pero en un país tan pobre como el nuestro, lo menos que se pide de ellos es sobriedad y discreción, o sea verdadera elegancia.

El último informe global sobre crisis alimentaria emitido por la FAO revela que el 50% de los peruanos está en situación de inseguridad alimentaria moderada. Esta calificación es dada a las personas que han visto reducida la cantidad y calidad de sus alimentos, y no están seguros sobre cómo será la situación mañana.

Hay, además, un 20.5% de peruanos en situación alimentaria grave, eufemismo para personas que no comieron ayer y no saben si lo harán hoy. Fácil es sumar las dos informaciones y colegir que el 71% de los peruanos sufren hambre.

Decir, en estas condiciones, que en nuestro país se come mejor que en cualquiera es, por lo menos, ridículo. Vanagloriarse de un premio al mejor restaurante del mundo es políticamente cruel y decididamente huachafo.

La palabra huachafería designa, según la RAE, a las personas cursis o que presumen de elegantes sin serlo.

César Vallejo escribía:

“Un hombre pasa con un pan al hombro

¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza

¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en peso a un cliente

¿Hablar, después, de la cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance

¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda

¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Después de escribir este artículo, no estoy seguro de cuántos peruanos dejarán de comer mañana; tampoco sé cuántos premios y huachaferías más se inventarán de espaldas a ellos. Y, sin embargo, atesoro la terca esperanza de que la cifra que crezca más y más sea la de la conciencia.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña