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ARAR EN EL MAR Y SEMBRAR EN EL VIENTO

Sobre decencia y política. Los héroes pueden morir y ser escarnecidos y derrotados muchas veces. Lo que nunca muere son los principios que hacen hombre al hombre y dignifican la condición humana

Por Eduardo González Viaña

Publicado: 2021-08-01


Hace tres días redacté en mi Facebook el desagravio a Francisco Sagasti, un hombre decente que había sido víctima de una afrenta infame. Ese ciudadano estaba en sus últimas horas como presidente del país de modo que nadie podía pedirle favor alguno. Y, sin embargo, miles y miles de peruanos continúan firmando mi carta.

Por lo tanto, tanto ellos como yo somos oportunistas al revés. Siempre nos ponemos del lado del que acaba de perder el partido. En mi caso, así ha sido y así va a ser siempre toda mi vida.

Por ejemplo, aplaudo a Bolívar en su hora más gloriosa, la de Santa Marta, pobre, moribundo y abandonado por todos sus aduladores pese a que había cabalgado por un territorio mayor que toda Europa, había perdido y ganado centenares de batallas, y por fin, había libertado un mundo.

Aplaudo a Miguel Grau cuando, a pesar de que toda la escuadra enemiga lo persigue y acorrala, su decencia y generosidad lo hacen capaz de salvar la vida de los náufragos del país invasor.

Aplaudo a Salvador Allende cuando a pesar de estar rodeado por las fuerzas conjuntas que comanda la bestia, es capaz de lanzar a su pueblo un mensaje de esperanza en el futuro.

“¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo…Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”

Unos años antes de que fuera presidente, lo había entrevistado yo, y me dijo:

“¿Le parezco pesimista, compañero? Cuando tenga más años, se dará cuenta de que los vencidos tienen un papel determinante en la historia. Los combates por la liberación se inspiran en el sacrificio de los pueblos arrasados, de las generaciones derrotadas, de los asombrosos mártires que marchan hacia el sacrificio. Cristo es el primero de una larga lista.”

En desagravio de Francisco Sagasti

“En 40 años, fue el primer hombre decente en habitar Palacio de Gobierno. Rechazó el pedido de los golpistas. Nos libró de Merino. PON EL HOMBRO” dijo y, debemos a su diligencia la aplicación en poquísimos meses de millones de vacunas contra la feroz pandemia.

Y, sin embargo, acaba de ser víctima de un desplante grosero por parte de la presidente del Congreso quien le impidió el ingreso a la sede del Legislativo.

En vez de los pillos que asaltaron el gobierno y se fueron con millones, Francisco Sagasti fue un hombre honorable que sabía recitar al mayor de nuestros poetas, César Vallejo. Quizás eso era inaceptable para los porcinos y rufianescos consejeros de la señora Alva.”

Me acaba de enviar esta carta que guardaré entre mis galardones mayores:

“Recordado Eduardo: muchas gracias por tus generosas y hermosas palabras sobre la gestión del gobierno que he tenido el honor de presidir. Tratamos de hacer todo lo que fue posible en circunstancias difíciles. Un fuerte abrazo y gracias otra vez. PANCHO”

Y recuerdo a Don Quijote:

Hace algunos años, una tarde en Barcelona, anduve por la colina de Montjuic y recordé que allá, en la playa que la circunda, se batieron Don Quijote de la Mancha y el Caballero de la Blanca Luna (1615). El libro de Cervantes nos informa que allí fue vencido aquel hombre bueno que encarnaba los principios más nobles, justos y libres de la entreverada condición humana.

Los héroes pueden morir y ser escarnecidos y derrotados muchas veces. Lo que nunca muere son los principios que hacen hombre al hombre y dignifican la condición humana. “Por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida”, dijo el ilustre vencido en Montjuic.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña