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La postpandemia y la felicidad

 Cualquier día de estos será el primer día de la postpandemia. ¿Qué harás tú y qué haré yo esa mañana?

Por Eduardo González Viaña

Publicado: 2020-09-24




Esta mañana, un diario adornó su primera página con la frase: Un millón de muertos en el mundo... Fotos de ataúdes y enterradores justificaban en interiores el titular macabro.

Todos los días, algunos medios noticiosos agregan pánico sobre el pánico, y lo hacen con tanta ferocidad que están destrozando nuestras defensas nerviosas y nos están condenando a creer que somos los últimos de una estirpe destinada a desaparecer.

Y, sin embargo, cualquier día de estos será el primer día de la postpandemia. ¿Qué harás tú y qué haré yo esa mañana?

1) Saldré temprano a la calle, pero antes de cerrar la puerta, le diré “gracias” a mi casa porque en estos tiempos de encierro me enseñó que la felicidad no es hacer todo el tiempo lo que se quiere sino querer siempre lo que uno hace.

2) Ya en la calle, recordaré algunos chistes zonzos y sonreiré para conseguir otras sonrisas y averiguar que la felicidad y la sonrisa son lo más contagioso del mundo.

3) Me olvidaré otra vez de mis anteojos como olvido siempre que la felicidad no está determinada necesariamente por las circunstancias. A veces tan solo es una audacia de la mente.

4) Antes de estos días tristes, me cruzaba en la alameda a las 6 de la mañana con un perro labrador que parecía reírse de mi idiota gimnasia porque siempre me miraba con la lengua salida y la mandíbula abierta.

Estoy seguro de que esta vez me volveré a encontrar con él, pero esta vez me detendré a saludarlo, le diré “arf, arf”, y le agradeceré porque con su risa perruna me enseñó que si cada mañana sales preparado para ser feliz, es forzoso que lo seas uno de estos días.

5) Iré a abrazar a todas las personas a quienes antes lo hacía y pensaré en muchas más cuyos abrazos me vendrían muy bien porque cuando los días parecen perder sentido, la amistad y el amor nos hacen recordar que siempre hay un día siguiente y porque, además, la imagen mejor que tengo siempre ha sido inventada por esas maravillosas personas.

6) Me detendré a saludar y agradecer a todos los médicos, enfermeras y policías que se crucen en mi camino.

7) Compraré un pasaje de avión para Trujillo y, desde allí en taxi, hasta el muelle de Pacasmayo para llegar a la hora del crepúsculo.

8) En vista de que ya lo recuerdo, ese día ya está aquí. Aquí y ahora.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña