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David, Goliat y el inmensurable García

Se debe recordar también, como suyas, la masacre de Bagua y el repase de los heridos y prisioneros en el combate de Los Molinos. En aquella ocasión, caminó pisoteando cadáveres.

Por Eduardo González Viaña

Publicado: 2018-11-17


Por Eduardo González Viaña

David, Goliat y el inmensurable García

Todos conocemos la historia de David y Goliat.

Con fuerzas infinitamente superiores, los filisteos habían sitiado a los israelitas. Había entre los agresores un soldado mercenario de gigantesca estatura llamado Goliat. Según la Biblia, medía 2 metros 90.

Más de 40 veces, entró Goliat en el campo sitiado y allí, echó bravatas, y regresó tranquilamente al lugar de donde había salido.

Aparte de su gigantesca estatura, Goliat llevaba una armadura de más de cincuenta kilos. Simplemente su espada pesaba más de seis kilos. Todo su cuerpo estaba cubierto de acero excepto su frente.

Ataviado con una ligera túnica, el muy joven pastor David entró en el campo y llamó al enemigo. Frente a él, comenzó a correr con agilidad de uno a otro extremo. El gigante no paraba de gritarle que dejara de moverse y que se acercara más, lo cual trataba de evitar el joven por todos los medios.

Al final, David se puso de rodillas apuntó con su honda y acertó en la frente de Goliat quien cayó muerto. La inteligencia derrotó a la fuerza y a la prepotencia.

Se parece muchísimo a lo que está ocurriendo en el Perú. Cuando las evidencias de sus latrocinios, lo señalaban, el ex Presidente Alan García ha entrado y salido de nuestro país más de 40 veces. Todo el tiempo, se ha burlado de quienes reclamaban que la justicia fuera igual para todos.

Si las exacciones de García se calculan en decenas de millones de dólares, sus actos sangrientos vierten sobre él la acusación de crímenes de lesa humanidad. Dirigió la masacre de los penales, una matanza de 300 presos rendidos que organizaciones políticas y académicas del Perú y del extranjero, incluido cualquier buscador de Internet califican como “el asesinato masivo más grande durante la lucha contrasubversiva.”

Se debe recordar también, como suyas, la masacre de Bagua y el repase de los heridos y prisioneros en el combate de Los Molinos. En aquella ocasión, caminó pisoteando cadáveres.

Con las manos manchadas en la sangre de quienes no podían defenderse, Alan García ha burlado la acción de la justicia una y otra vez. Hace casi 30 años eran evidentes sus robos en la construcción de las columnas del tren eléctrico de Lima. Sin embargo, tuvo el cinismo de reclamar asilo político en otros países -a pesar de que ya era reo contumaz-y regresó tan sólo cuando sus delitos ya habían prescrito.

Sospechosas vinculaciones judiciales lo han hecho inmune a la acción de la justicia.

Ahora, el gigantesco y poderoso expresidente se encuentra por primera vez en el centro de la telaraña.

José Domingo Pérez, el fiscal que lo acusa, lo trajo desde España y luego amplió la investigación preliminar que le sigue por los presuntos delitos de lavado de activos y colusión agravada. Además ha solicitado que se le impida salir del país.

Aunque, por cierto, existen muchos otros como ellos, el Poder Judicial se redime hoy, con algunos jueces y fiscales heroicos como el propio José Domingo Pérez, Richard Concepción Carhuancho y Rafael Vela. Los tres son objeto de duras represalias, de peligrosos seguimientos y de acusaciones sin pies ni cabeza.

¡Imbéciles, imbéciles!... no cesa de gritar García ante los periodistas Y repite que ha entrado al Perú más de cuarenta veces para ser investigado. Es el mismo número de veces en que entró Goliat en el campo de los israelitas.

Igual que el jovencísimo David, cualquiera de estos tres magistrados apenas jugaba en la escuela primaria cuando ya García era presidente del Perú.

La Biblia no dice cuánto pesaba Goliat, pero es evidente que el peso conjunto de Pérez, Vela y Carhuancho no alcanza a los kilos del inmensurable expresidente. ¿David y Goliat en el Perú?


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


Publicado en

El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña