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Tola: la eternidad

El mayor especialista del mundo en sánscrito fue Fernando Tola Mendoza, un peruano que falleció este mes…

Publicado: 2017-08-24


Por Eduardo González Viaña

Tola: la eternidad

El mayor especialista del mundo en sánscrito fue Fernando Tola Mendoza, un peruano que falleció este mes…Prefiero narrar mi experiencia como discípulo suyo.

Agamenón en San Marcos

Allá por los 60, en la clase de literatura griega de San Marcos, el profesor Fernando Tola leía con nosotros, sus alumnos, “Agamenón”, la inmortal tragedia de Esquilo.

Nada nos parecía tan trascendente como esta tragedia escrita hace 2 mil 500 años. Luego de una década, se había terminado en Troya, una verdadera guerra del mundo. Agamenón, rey de Argos, volvía victorioso a casa. Sin embargo, no sabía que Clitemnestra, su esposa planeaba matarlo ni que Egisto, el amante, se estaba ya probando la corona del reino griego.

Mientras las naves del rey traicionado se retrasaban en la mar, el Coro nos advertía que todo esto estaba a punto de ocurrir.

Queríamos dejar a un lado las voces lastimeras del corifeo y entrar de lleno en la trama, pero nuestro profesor nos obligaba a volver páginas atrás y a comparar la traducción castellana con lo expresado en el griego clásico así como a analizar en medio de un asombroso alfabeto los cambios emocionales de quienes nos relataban la historia. Después, regresaba a los orígenes fenicios del idioma griego y de allí pasaba a los equivalentes latinos y cirílicos del mismo.

No sabíamos cuándo íbamos a conocer la verdadera suerte de Agamenón ni cuándo pasaríamos a Las Coéforas ni a Las Euménides, las otras obras de la trilogía.

Estuve a punto de no saberlo nunca porque un doloroso acontecimiento familiar me obligó a regresar a la Universidad de Trujillo.

El don de lenguas

Edgardo Rivera Martínez (2008) dijo que Tola tenía el don de lenguas.

Se refería al hecho de que Tola había entregado su larga vida al “estudio de las culturas de Oriente y al cultivo de las lenguas del latín al pali y del griego al tibetano.” Además de ellos, los idiomas modernos con los que trabajó fueron el chino, el japonés, el inglés, el alemán, el italiano, el portugués y, por cierto, el castellano.

Entre las hazañas académicas de este peruano genial destaca haber sido reconocido como la autoridad académica mundial en lengua sánscrita a pesar de no haber tenido un maestro para estudiar la antigua lengua clásica de la India.

Aquello ocurrió en Bruselas cuando Tola, de 15 años de edad y estudiante secundario, recibía clases de latín y griego antiguo. Entonces un hombre misterioso le entregó un libro escrito a mano que contenía una gramática del sánscrito. Sin embargo, Tola tuvo que estudiarla solo puesto que su maestro se había hecho invisible.

Tiempo después en el Perú, como profesor de San Marcos fundó el Instituto de Lenguas y Culturas Orientales para introducir en los misterios del mundo antiguo a estudiantes peruanos y extranjeros que veían en busca de un gurú. Con ellos, llegó Carmen Dragonetti, una filóloga argentina, quien se convertiría en su esposa, en su colaboradora y en una investigadora tan tenaz como él.

¿Por qué es tan importante este genio peruano? En la India, lo es porque ha descifrado y traducido los libros sagrados budistas e hinduistas. Como lo indica su discípulo Camilo Torres, para afrontar esa tarea descomunal tuvo que manejar con soltura el sánscrito, el pali y el hindi.

“Sin embargo, muchos textos sagrados antiguos se han perdido en su forma original y solo sobreviven en otras lenguas, así que el heroico investigador debió aprender además chino, tibetano, japonés y persa antiguo, pues en estas lenguas se han conservado traducciones arcaicas de las obras indias desaparecidas.”

La eternidad de Tola

Sin mi asombroso maestro que aparecía tan pronto en la India como en Buenos Aires o en algún rincón de Europa, tuve que leerme solo toda la Orestíada y el resto de tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides así como entender los movimientos pasionales de sus personajes y los caprichos de los dioses.

Como todos recordarán, Orestes vengará a su padre, pero será perseguido por las furias. Al final se presentará en Atenas ante el tribunal que debe juzgarlo. Nunca entendí lo que pasó después.

El año pasado, cuando tenía 101 años, entrevistaron al sabio. En el video- que está en Youtube- el Dr. Tola luce tan joven y despierto que apenas parece el hermano mayor de su sobrino nieto el escritor Raúl Tola. Debe de ser por eso que cuando Raúl me estaba entrevistando en la televisión sobre alguno de mis libros, se me ocurrió preguntarle por el destino de Orestes y el veredicto del tribunal de Atenas.

-¡Cómo! ¿Qué dices?- me preguntó. Y yo cambié la conversación.


Escrito por

EDUARDO GONZALEZ- VIANA

Novelista, periodista y profesor universitario en Estados Unidos, Eduardo González Viaña publica cada semana la columna “Correo de Salem” que aparece en diarios de España y de las Américas. Inmigración, cultura y análisis político son sus tópicos más frecuente


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El correo de Salem

Un blog de Eduardo González Viaña