GARCILASO APARECE EN LA BIBLIOTECA NACIONAL
¡Kutimuy, Garcilaso!” es la novela de Eduardo González Viaña que la Universidad César Vallejo, su editora, y la Biblioteca Nacional del Perú presentan el lunes 9 de agosto, de forma virtual, a las 7 p.m.Estará circulando a partir de ese día.
PRESENTADORES de la obra serán el embajador Manuel Rodríguez Cuadros, el Dr. José Antonio Mazzotti, presidente de la Asociación Internacional de Peruanistas, y el propio autor. Además de ellos, Ezio Neyra Magagna, jefe institucional de la BNP, y Jeanette Tantaleán, rectora de la Universidad César Vallejo.
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Es una recreación de la vida del primer autor peruano, Garcilaso de la Vega (1539- 1616) gracias a quien tenemos la historia de nuestros orígenes andinos, la suma de la vida y acciones de nuestros antepasados incas y un conjunto de proyectos o aspiraciones legítimas para el porvenir de la nación.
Lo dice Giancarla Di Laura
KUTIMUY, GARCILASO es la obra donde González Viaña (el gran novelista de la migración latina a los EEUU) plasma la vida del Inca, usando magistralmente una voz narrativa en tercera persona. El relato empieza in medias res…. para girar hacia la posible tragedia en medio de una tormenta cerca de Lisboa, lo que le permite al personaje evocar su pasado inca, la grandeza de su señorío, su propia niñez cuzqueña cuando era llamado Gomes Suárez de Figueroa.
Al no ser una narración lineal, la novela utiliza giros en el tiempo para enaltecer la niñez del Inca y darnos un bagaje entre ficticio e histórico de lo que fue “el ombligo del mundo” en esos días. Asimismo, el relato narra las aventuras, anécdotas, reflexiones y travesías que le acontecen al Inca en su trayectoria hacia el Viejo Mundo y durante su larga estancia en España (56 años, la mayor parte de su vida) desde 1560.
El discurso entonces se configura a través de un lenguaje común, regional y actual, pero echando mano de fragmentos de los COMENTARIOS REALES del propio Inca Garcilaso de la Vega, de concilios y de documentos de archivo para abrir un diálogo con estos textos y afinar la verosimilitud del relato.
Asimismo, notamos la presencia del quechua en ciertos términos y apelativos, pero también en cantos que se producen en fiestas como la del TAQUI ONQOY en la década de 1560.
El Inca Garcilaso recuerda su pasado constantemente porque esas imágenes siempre son duraderas, sobre todo si están ligadas a alguna historia de amor. Las descripciones son totalmente puntuales y en detalle, lo que permite al lector transportarse a nuestra sierra peruana, al Océano Pacífico y el Atlántico y también al Viejo Continente.
La relación de Garcilaso con su padre al principio de la novela es fundamental para entender por qué el Inca va a España, pero también para mostrar la relación y una situación tan compleja.
Esa relación genera en Garcilaso una gran fortaleza y le brinda profundidad a su propia condición de mestizo, ya que además de ser letrado, también frecuenta ámbitos y acciones propias de los colonos, pero siempre arraigándose a sus raíces incas.
Por ejemplo, Garcilaso aprende a montar a caballo desde muy joven y es por medio de la compañía de “Salinillas”, su rocín, que Garcilaso empieza a dar vislumbres de una personalidad imbricada entre la inca y la española, ya que llega a preguntarse si el caballo tenía alma. Es realmente un acierto configurar a nuestro Inca tan humano, tan pegado a sus raíces y tan tenaz en sus determinaciones.
Kutimuy, Garcilaso nos brinda una visión esperanzadora de nuestro país a través de la imaginación del pasado, al marcar un regreso al mestizaje, a Garcilaso propiamente tal. Volver a una nación que, aunque fragmentada, está viva en un mejor ambiente de confraternidad para así crecer como comunidad y celebrar un Bicentenario donde todos nuestros valores y nuestras raíces indígenas sean nuevamente evaluados bajo una luz más fresca y democrática.
Kutimuy, Garcilaso es un viaje y un regreso, pero no al Tahuantinsuyo, aunque sí al legado de nuestra más grande e importante figura literaria, el primer mestizo de nuestro suelo y el primero en ir a reclamar y a dejar muy en alto el nombre de lo que ahora conocemos como nuestro Perú. Y todo contado con una prosa deliciosa que captura de arranque al lector.
Vale la pena leer esta novela, ya en las prensas del Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo. Y que regrese Garcilaso, que buena falta nos hace.